domingo, 19 de mayo de 2013

Google Glasses ha venido para quedarse.

Las Google Glasses, o gafas de Google, son un pequeño dispositivo capaz de sacar fotos y vídeos, realizar búsquedas en tiempo real, traducciones, etc. Son unas gafas con la tecnología más puntera. Sin duda, un nuevo avance en la tecnología con unas posibilidades inmensas.

La brecha digital aún afecta a dos tercios de la población mundial.

El acceso a Internet todavía no está disponible en dos tercios de la población mundial, habiendo un pequeño porcentaje de personas conectadas en países subdesarrollados o en vías de desarrollo, y una amplia mayoría de personas del 'primer mundo' tienen conexión. El gran desafío es hacer desaparecer esta brecha y crear un mundo globalmente conectado.

Nanorresonadores para mejorar la calidad de la telefonía móvil.

Para contrarrestar el problema de que no hay suficiente espectro de radio para dar soporte a todos los teléfonos móviles, el sector de las telecomunicaciones está tratando de construir sistemas que operen con canales más claramente definidos, para que mayor cantidad de canales puedan repartirse el ancho de banda disponible.

La telefonía por satélite es menos segura de lo creído.

Un equipo de investigadores ha conseguido crackear los algoritmos de cifrado del ETSI, revelando de este modo que el sistema tiene claros puntos débiles. Este sistema de telefonía que se usa mayoritariamente en países en vías de desarrollo y donde se producen muchas guerras, tiene debilidades en su sistema de encriptación.


Inhibidores de telefonía para controlar un aula, una cárcel o un explosivo.

La empresa Indra comercializa estos dispositivos, que bloquean los teléfonos en un recinto concreto y evitan, desde que se produzcan comunicaciones desde las celdas de un centro penitenciario hasta que la junta de accionistas de una empresa se vea interrumpida con el constante sonar de los teléfonos.

Un hormigón biológico para construir fachadas 'vivas'.

Para el desarrollo de este nuevo hormigón los científicos han utilizado dos materiales a base de cemento. Según los responsables del proyecto, la innovación de este hormigón reside "en que se comporta como un soporte biológico natural para el crecimiento y desarrollo de determinados organismos biológicos, concretamente ciertas familias de microalgas, hongos, líquenes y musgos".      

Plástico con cierta sensibilidad táctil y capaz de autorrepararse.

Combinar estos rasgos en un solo material sintético representó un desafío para el equipo de la ingeniera química Zhenan Bao, profesora en la Universidad de Stanford en California. Ahora, ella y sus colaboradores han tenido éxito al fabricar el primer material que puede detectar tanto niveles sutiles de presión como autorrepararse cuando es cortado.